No me sorprendió la noticia en los periódicos del 15 de Enero: “Tenía que transitar, en Bélgica, unos 30 kilómetros hasta Bruselas. Terminó en Croacia tras recorrer 1.500 km”
¡Y no me extraña! Un día pusimos el GPS en el coche y no se le ocurrió a un amigo mío poner la ruta más rápida entre un pueblo y otro del norte de Cáceres. ¿Habéis visto las películas de terror en los que unos cuantos amigos se pierden en la carretera? Pues eso nos pasó. De entrada aparecemos, siguiendo la preciosa voz del artefacto, por un camino de cabras, detrás de un 4 L cuyos dos ocupantes tendrían entre los dos unos 170 años. Su coche era conducido a 5 km por hora, sin posibilidad de adelantamiento. Después de 1 hora aproximadamente, aparecimos en el llamado Puerto de Honduras, que cuando está nevado no hay ni cabras, pero cuando es verano, te puedes morir de infarto si miras a los cortados. Rezábamos para que no apareciera en la estrecha carretera ningún otro coche….Era interminable o me lo parecía a mí. Mi amigo conductor (como el de la canción) estaba en un estado de estrés, que para apaciguar su miedo le decía continuamente “Ya llegamos, ya llegamos” si si, después de casi dos horas. Allí aparcado el coche, todos con rostros pálidos, con la mirada perdida….como perdidos en el Himalaya. Le dio el arrebato y plassssssss, de una sacudida, arrancó el GPS del coche y lo tiró al maletero…Triste final para el GPS, olvidado en un triste maletero. Nosotros salimos de Cáceres y terminamos en el Puerto de Honduras ¿Alguien se sorprendió por ello? ¡Menudo Tonton!