Recuerdo mi primera visita a este gran museo con mis padres. Miraba a mi padre porque estaba analizando, con sus preciosos ojos verdes, todos los rincones de su arquitectura. Yo le pregunté si le gustaba y si estaba bien hecho ¡Claro que le gustó! Si estaba diseñado por el gran arquitecto Rafael Moneo. Este gran museo marcaría mi vida tiempo después, cuando trabajé en Mérida y me escapaba, en mi tiempo libre, para visitar por enésima vez cada uno de sus rincones. Siempre descubría cosas nuevas, detalles que se me habían escapado e incluso nuevas piezas descubiertas en esta gran ciudad romana. Es uno de los edificios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, formando parte del Conjunto Arqueológico de Mérida. Si me permitís quiero dedicar este post a mi padre que fue un gran profesional de la arquitectura y la construcción. Y A mi querido Escévola.
Fotos: Toñi Soto
Un homenaje a tu padre, excelente idea. Y la mención al Museo de Arte Romano también. No hay nada tan importante como la familia y sentirse parte de ella. Ahí está nuestro origen.
Un homenaje no sólo mi padre, a todo el arte y la arquetectura que hay en un sólo museo como éste. Gracias Inma por entender el significado de este post…Un beso enorme.
Magnífico. ¡Con lo que a mí me gustan las ruinas!: Numancia, Sagunto y todas las piedras amontonadas con cierto orden que tengan más de dosmil años.
Un abrazo.
Pues como te gustan las ruinas con piedras amontonadas con cierto orden…Aquí está este post dedicado a ti. Un beso enorme mi querido Escévola.